Los rociadores automáticos forman parte de un sistema de extinción de incendios formado por una instalación de tuberías donde el rociador es el elemento final.
El rociador es una salida de agua con un elemento termosensible que cuando recibe una temperatura superior a la programada el líquido contenido dentro de una pequeña cánula de cristal rompe ésta, permitiendo la salida del agua que al mismo tiempo es dispersada en un radio de acción gracias al deflector que posee.
La instalación de un sistema de rociadores automáticos es obligatoria en tiendas, centros comerciales, supermercados, aparcamientos públicos y privados.